Amo la forma escurridiza en la que subiste cada noche por mi ventana.
Adoro cada beso prohibido que me robaste mientras tus brazos rodeaban posesivamente mi cintura.
Gracias por amarme de esta forma, a la antigua, a tu modo, llenándome de besos, cantándome canciones y robarme sonrisas cada vez que me abres la puerta.
Gracias porque este amor no es de solo un instante.
Tu no sabes cuanto te soñé, cuanto te esperé, y ahora que te tengo nunca más te dejare escapar.
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