Mientras la suave arena blanca se hundía bajo mis pies, cuando las conchas centellaban en la lejanía, la playa solitaria me acompañaba a pensar, yo tenía ganas de fundirme con las olas como la espuma del mar. Había soñado tanto con esto, y lo había logrado, estaba en un país nuevo, sin nadie que me conociera, me dijera que hacer o que sentir, sin nadie que me juzgara. Yo tenía un objetivo claro al inicio del viaje, volver a verle, era mi último día y no había podido encontrarle entre tanta gente. Suspiré llorosa y deje que el ir y venir de las olas consumieran mis huellas al pasar, la única prueba de que había estado allí, como cada tarde, buscándole. Mi corazón se agitó de repente con un soplo de viento, alcé los ojos y vi, al mismísimo black angel
- Tu....
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